viernes, 29 de julio de 2016

Ayudar a los niños en una escuelita

                Era una mañana difícil el 28 de julio.  Después de un día lleno de actividades emocionantes, Moydie y yo no queríamos despertarnos.  La alarma sonó a las 7 y nos levantamos a las 7:10.  Yo estaba muy lenta en arreglarme.  Desayuné yogur y entonces, encendí la ducha y para mi sorpresa, el agua era muy caliente así que no quería salir de la ducha.  Después de vestirme y arreglarme, comí un banano y me cepillé los dientes.  Luego, Moydie y yo salimos del apartamento para comenzar las clases de español. 
                Al principio de la clase, Marlen y yo hablamos de la ruinas de Guatemala.  Ella me mostraba muchas fotos del Mirador, Tikal y más mientras yo soñaba en irme allá con Moydie.  Por lo tanto, tenemos que regresar a Guatemala algún día.  Después de hablar de las ruinas, revisamos mi tarea la cual contenía mi ensayo y una frase en todos los tiempos de español.  Tuve 4 errores en total por lo tanto, estaba muy orgullosa de mi avance en el lenguaje gracias a mi maestra.  Luego, practicamos el subjuntivo con enlaces de cláusulas lo cual me gustó porque después, sentí más cómoda y rápida con el subjuntivo.  Antes de darme cuenta, era la hora de descansar.  Encontré a Moydie y nos bajamos de las escaleras donde encontramos una fiesta. 
La fiesta era porque era el cumpleaños de la directora y Pedro, uno de los estudiantes.  Además, la fiesta era para los viajeros que iban a salir el fin de semana así que la fiesta era para nosotros con dos estudiantes más.  Al principio de la fiesta, la directora nos explicó la ocasión y entonces, los viajeros tuvieron la oportunidad para hablar por un rato de su experiencia.  Yo hablé primero y di gracias a todos en Casa Xelajú y les dije que yo estaba triste para salir.  La segunda persona que habló era mi esposo y él habló bien en español lo cual me dio orgullo porque él había aprendido muchísimo estas dos semanas pasadas.  Después de todos los discursos, cantamos para la directora y Pedro e inmediatamente después, la directora le mostró a Pedro la tradición de tomar una mordida del pastel.  Fue muy chistoso y yo tengo todo en video.  La fiesta terminó después de las 11 y luego empezamos las clases de nuevo. 






Para la segunda parte de la clase, Marlen y yo practicamos situaciones usando el subjuntivo imperfecto.  Hicimos 3 escenarios y los grabamos para que yo pudiera oír mis errores.  En el primero tuve errores.  Era el calentamiento para mí porque los dos siguientes eran casi perfectos.  Entonces, aprendí más vocabulario por un juego.  ¡Aprendí 52 palabras! Luego, la clase terminó y me despedí de Marlen y me fui a buscar a Moydie.
                Después de las clases, Moydie y yo fuimos al supermercado para comprar comida para los últimos días aquí en Guatemala, así que compramos cereal frío, tostadas, aguacates, nueces, yogur, bananos y frijoles negros.  Además compramos dentífrico porque nos faltó.  Cuando regresamos a nuestro apartamento, almorzamos el sobre de salsa con tostadas, guacamole y bebida de fruta fresca. 
                A las 2 y media, nos reunimos con Pedro, Zach y Ricardo para ir a la escuelita de la Pedrera.  Fuimos allá para ayudar a los niños con su tarea y para divertirnos.  Moydie y yo ayudamos a 4 chicos que estudiaban inglés.  Era increíble como los estudiantes aprendieran rápidamente.  Luego, jugamos “Guerra” con cartas.  El primer juego nunca terminó porque cuando alguien no tenía cartas, otra persona le dio otras para continuar así que nadie ganó, pero todos ganaron.  A las 4:45, fuimos afuera de la escuela para jugar fútbol.  Me sorprendió como los estudiantes jugaran tan bien.  Además, Moydie era un buen portero.  Después del partido, nosotros salimos para regresar a la Casa Xelajú. 





                Al regresar, decidimos para cenar en Guiseppe´s porque estaba muy cerca de la Casa Xelajú y estábamos muy cansados.  Ordené lo mismo que la semana pasada porque era tan bueno- la milanesa con chocolate caliente.  Moydie ordenó un calzone con chocolate caliente, también.  Aunque me sentí mejor después de comer, estaba muy cansada así que cuando regresamos a nuestro apartamento a las 7, no quería hacer nada.  Después de una hora, Moydie y yo empezamos a escribir cartas para las personas que nos ayudaron durante nuestro viaje en Quetzaltenango.  Luego, hicimos la tarea hasta que no pudiéramos abrir los ojos.                   


    

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