El 19 de julio empezó como el
día anterior al menos de que no era tan difícil para despertarme. Nos levantamos a las 7 y media y desayunamos bananos
y cereal con leche y nos arreglamos también.
A las 7:59, bajamos las escaleras y nos reunimos con nuestras maestras
para comenzar el día de lecciones.
Al principio de la lección,
Marlen y yo hablamos de cómo yo estaba y de que yo había dormido más de seis
horas por la noche. Por eso, Marlen me
dijo que me parecía más despierta que el día anterior. Estaba muy contenta para oírlo porque me
sentí mejor. Después de esta
conversación, revisamos mi tarea la cual consistía de una actividad de conjugar verbos según el contexto y un ensayo de mi día.
En la actividad de verbos, encontramos muchos errores sencillos que hice
cuando hice la tarea. Algunos
errores eran equivocaciones por falta de dormir, pero otros eran errores que yo
no los sabía. Tuve problemas con el subjuntivo,
futuro y presente los cuales me dieron vergüenza porque la mayoría de los errores yo había
aprendido. Con mi ensayo, encontramos
menos errores. Tuve problemas de conjugación. Los demás de mis errores eran de falta de algunas palabras entre los verbos y sustantivos. Yo estaba orgullosa de mi ensayo.
Después de revisar la tarea, mi maestra y yo
fuimos a la panadería de Menonitas y el mercado con mi esposo y su maestra. Cuando llegamos a la panadería, me puse
emocionada porque podía oler el pan fresco y las donas dulces. En la panadería, era difícil decidir que
íbamos a comprar porque en realidad queríamos todo en la tienda. Al fin, decidimos comprar pan, nuégados con
canela y leche de vaca. Estábamos muy
contentos con las compras y aún más después de probarlos. No tenía favorita de la comida porque toda
era mi favorita. Entonces, caminamos al
mercado donde vimos un montón de frutas frescas y verduras frescas. Al principio, no queríamos gastar más dinero
porque teníamos fruta en el apartamento, pero después de ver el dentro de la pitalla y vi el color rosado brillante, decidí que teníamos que comprar
una. También, compramos una fruta que me
parecía una verdura grande que se llamaba cushín. El
camino por el mercado era fascinante y a Moydie y yo nos gustó mucho.
Al llegar a la escuela, empezaba el descanso,
por eso, mi esposo y yo nos sentamos en el sofá para comer el pan y nuégados y
beber la leche. Al mismo tiempo, hablábamos
con Mary, quien es otra estudiante, sobre sus experiencias en Xela.
A las 11, empezamos de nuevo nuestras
lecciones. Con Marlen, practiqué el imperfecto
y el pretérito con ejercicios y después por contar cuentos. Me gustó la parte de hablar porque yo estaba
mezclando las cosas que aprendí del imperfecto y el pretérito. Todavía, necesito más práctica.
Después de las lecciones, a la una, Moydie y yo
regresamos al apartamento para comer más nuégados con bebidas de leche. Luego, terminé la primera parte de mi tarea
la cual era de escribir un cuento que estaba escrito en el presente, en el
pretérito e imperfecto. Entonces, estaba
cansada, por eso, tomé una siesta de 2 horas con mi esposo. La siesta sintió perfecta aunque faltamos la
plática del proyecto Pedrera. Nos despertamos
a las 4 y media por la tarde y por fin, fuimos al restaurante, Sabor de la
India.
El restaurante, Sabor de la India, era muy
bonito adentro y el servicio era excelente con sonrisas y todo. Cuando la mesera vino para recibir nuestras
respuestas, ordenamos el Tikka Masala con agua pura. Era una decisión buena porque cuando la
comida vino y la probamos, era como una fiesta en la boca por todas las
especias. Era un poco picante para mí,
pero lo disfruté. Mi parte favorita era
el arroz que contenía yogur con otras especias.
Nunca había probado arroz con yogur antes. Mi esposo y yo decidimos que íbamos a ir allá
más durante nuestras vacaciones aquí en Guatemala.
Después
del restaurante, regresamos al apartamento y nos sentamos en el patio mirando
el sol y nubes. Además, leímos juntos un
libro que se llamaba Alcatraz and the Evil Librarians de Brandon Sanderson
quien es nuestro autor favorito. Lo leía en voz alta mientras Moydie lo escuchaba.
Cuando el clima hacía frió, regresamos adentro de nuestro apartamento
para leer más. Después de un rato,
pusimos fotos en Facebook de nuestro viaje y empezamos nuestra tarea que consistía
para mí, de este ensayo y para mi esposo, de tocar la guitarra.
El segundo día en Quetzaltenango era magnífico
y vamos a ver que cómo son los demás.
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