martes, 26 de julio de 2016

El segundo lunes en Quetzaltenango

            Me levanté muy temprano el 25 de julio pero no me importaba porque yo había dormido bien durante el fin de semana y a la misma vez, me molestaba una uña del pie que estaba rota y así que me levanté a las 6:30 para que pudiera quitármela, pero inmediatamente después, yo regresé a la cama porque ya me sentía bien.  A las 7, me levanté de nuevo y desayunaba yogur con fresas y pan mientras yo hablaba con mi mamá por un rato en Facebook. 
Hablamos del éxito mi mamá tuvo en su carrera el sábado pasado el cual era una carrera de 5 kilómetros.  Soy su entrenadora de correr y por lo tanto, mi mamá me preguntó que ella iba a hacer ahora porque no habrá más carreras para ella en el mes que viene.  Le dije que ella pudiera hacer lo que quería.  A mi mamá le gustó esta respuesta.  Además, hablamos de la reunión que vamos a tener en dos semanas en Colorado.  Mi mamá me dijo que a ella le interesaba escuchar nuestras historias del viaje en Guatemala. 
A las 7:30, Moydie se levantó y desayunó cereal frío con leche.  Después de desayunar, nos arreglamos para asistir nuestras lecciones de español.  Estábamos listos a las 7:55 así que nos bajamos de las escaleras y revisamos el horario de la semana y nos subimos las escaleras.  Nos pusimos de pie en el balcón hasta que escuchamos la campana. Mientras estábamos en el balcón, hablamos con Don Victor sobre los bananos que estaban en el techo del edificio.  Los bananos se estaban secando debajo del sol.
Cuando entré la sala de Marlén, empezamos a hablar del fin de semana.  Le dije sobre las saunas en Las Cumbres, La Muela y la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.  Luego, revisamos mi tarea y afortunadamente, sólo me faltaron 5 cosas en total.  Me dio mucha alegría porque podía ver mi progreso en el idioma.  Entonces, practicamos hablando de temas sociales y primero hablamos de la extinción de animales, segundo de la exploración de los océanos y tercero de la exploración del espacio y la comunicación con extraterrestres.  Pienso que hablé bien acerca de estos temas.  Después, escribí un párrafo de un tema así que escribí de la extinción de los animales porque los animales me fascinaban mucho.  No tuve ningún error.
Antes de darme cuenta, la campana sonó para la pausa, por lo tanto, me bajé de las escaleras para encontrar a mi esposo.  Lo encontré cerca del agua caliente porque estaba bebiendo mucho té para que sanara su garganta la cual le dolía por una enfermedad que tenía.  Durante la pausa, cantamos con Don Victor.  Él estaba tocando su guitarra y cantando canciones mexicanas románticas y eran fáciles para aprender así que Moydie y yo cantamos con él.  Pedro y Zach estaban allí, pero me parecía que no querían cantar. 
A las 11, regresamos a nuestras clases y le tocó a la directora para tener una entrevista del OPI conmigo.  Al principio, yo estaba nerviosa, pero después de 2 minutos, yo tenía la confianza para que hablara lo mejor que yo pudiera.  Pienso que lo hice bien, pero todavía tuve errores, pero eran los que no los habían estudiado mucho así que Marlen y yo revisamos los errores y los practicamos mucho.  Mis errores eran de la existencia, la voz pasiva, venir versus llegar y la concordancia de tiempos en el pasado.  Mañana, voy a tener otra entrevista con otro maestro y creo que estoy lista. 
Después de las lecciones, Moydie y yo regresamos a nuestro apartamento para comer las enchiladas porque nos sobraron del día anterior.  Después de comer, Moydie y yo leímos juntos el libro Alcatraz and the Evil Librarians de Brandon Sanderson.  Después de casi una hora, quería tomar una siesta y por lo tanto, lo hice.  Dormí por 2 horas hasta que tuve hambre y luego, Moydie y yo fuimos al restaurante Flor Maya donde comimos Pepian y Quichom con chuchitos y bebimos agua pura.  A Moydie le agradó mucho el Quichom.  Me dijo durante la cena que el plato era su favorito en Quetzaltenango.  Me encantaron mucho los chuchitos de este restaurante porque no eran secos por lo tanto nos quedó un chuchito cuando salimos.  Después de pagar la cuenta, nos convenía para ir al supermercado porque nos hicieron falta tomates para cocinar más salsa, toallas de papel, yogur, mentas y otras cosas.  Cuando regresamos a nuestro apartamento, hicimos nuestra tarea hasta que nos acostáramos.             






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